El dialecto de la intemperie
Durante un tiempo viajé bastante por la ruta 5. Llevaba una hora salir de la ciudad y entrar en la llanura. De repente notaba el campo extenso y sentía un bienestar. Al fin veía el horizonte.
La llanura pampeana es un paisaje austero. Cada tanto un monte de eucalipto marca la entrada a un pueblo o sirve de sombra para las vacas. Allá un molino, los caballos en el pastizal. La llanura no es exuberante como la selva ni tan vacía como el desierto. Un campo de avena, esa casa bajo los álamos. Observo la inmensidad. La vista larga sobre el plano.
En esos viajes por la 5 conocí gente de tierra adentro, peones rurales que tienen manos gruesas y saben de cosas pesadas, como un tractor, una rastra, un chimango. Pueden ayudar a parir a una vaca: meter la mano en el culo y tirar hasta que salga el ternero. Hombres que usan boina. Que toman mate sin termo. Que hablan poco y escriben con gramática propia.
ya era ora que yoviera. ayer yovieron 30 y aora yovina. tenemo que espera que se ore un poco. linda agua.
Saben andar a caballo y cocinar guiso y bife a la criolla con cebolla saltada y morrón, si hay. En general fuman y toman. Comen pan. Si tienen treinta parecen de cuarenta y si tienen cincuenta andan jodidos de la rodilla o con una panza.
yovió 40 acá, la berdá que si, se esta dipidiendo el año con yubia. ya es ora que pare, ya hay mucha agua aca iesta medio tormentoso.
Para la gente de tierra adentro, el clima es central, como si lo cargaran en las alforjas: el viento, el agua, el calor están más cerca. Si se les pregunta cómo andan, responden: bien, con esta lluvia. O mal, cómo quiere, con la seca que hay.
bino bien esta agua quedo medio feo el dia pero me parese que no yueve el vierne davan ma yubia.
Parece que hablaran un dialecto. El dialecto de la intemperie. La falta de oportunidades, sí, la desigualdad, también. Pero hay un rasgo que viene de otro lado, una característica errante, como si fuesen descendientes del Martín Fierro. Algunos son uno con el caballo. Otros, con los fierros. Todos, con los perros.
ase un ratito que aca se largo a ayover. alo megor si sale el sol a la mañana ala tarde se pueda pasar por la oriya.
Cada vez quedan menos gauchos, pero todavía quedan. Hombres que después de tres frases se interesan por el esposo de una. ¿Tiene esposo o es sola? Algunos no preguntan nada pero miran como si hubieran preguntado todo.
Los días de lluvia se quedan en las casas. Capaz caminan hasta el galpón y arreglan algo, pero en general se sientan en la galería y miran llover. Respetan el tiempo del agua. Como si hubieran visto cosas, como si supieran.
Pensé en los de tierra adentro por la lluvia de los últimos días. Llovió copiosamente. Llovió gota a gota y fue gotera. Llovió hasta aturdir aunque no tenga techo de chapa, como muchos de ellos. Cayó agua del cielo. Llovió para decir basta, Dios, ya yobió batante.
Hermoso. Sara Gallardo escribe de esos personajes también. Gracias Carol!
Tan claro y mágico como siempre…